Estados Unidos en el Doble Foco Geopolítico: Ucrania y Venezuela Marcan la Agenda del 17 de Octubre de 2025

Este 17 de octubre de 2025, la política exterior de Estados Unidos se mueve en un complejo tablero, con el presidente Donald Trump enfrentando desafíos simultáneos que demandan decisiones de alto riesgo. Desde las tensiones en Ucrania con el posible envío de misiles de largo alcance, hasta la intensificación de operaciones encubiertas en Venezuela, la Casa Blanca define su estrategia con implicaciones globales y regionales que merecen un análisis detallado.

La jornada ha estado marcada por la diplomacia y la escalada. Horas antes de un esperado encuentro con el presidente ucraniano Volodímir Zelenski en la Casa Blanca, el presidente Trump mantuvo una llamada telefónica con su homólogo ruso, Vladímir Putin. Este diálogo previo a la reunión con Zelenski, cuya agenda incluye la presentación de una nueva estrategia para presionar a Rusia, subraya la delicada balanza que Washington busca mantener.

Ucrania: Misiles Tomahawk en la Mira y la Advertencia del Kremlin

El núcleo de la propuesta ucraniana radica en reforzar su capacidad armamentística de largo alcance, una necesidad estratégica para Kiev. De hecho, el propio Trump ha sugerido la posibilidad de entregar misiles Tomahawk a Ucrania, lo que se ha interpretado como un giro significativo en la política de la Casa Blanca. Sin embargo, esta idea no ha sido bien recibida en Moscú. El Kremlin advirtió que el suministro de Tomahawks a Kiev supondría un “nuevo nivel de escalada“, una señal clara de las potenciales consecuencias.

La frustración del presidente Trump con la negativa de Putin a detener los combates en Ucrania ha sido palpable. A pesar de una reunión previa en Alaska el 15 de agosto, no se lograron compromisos concretos para un alto el fuego, lo que ha empujado a Washington a considerar opciones más contundentes.

Venezuela: Operaciones Encubiertas y Presencia Militar en el Caribe

Paralelamente a la situación en Europa del Este, Estados Unidos ha redoblado su presión sobre Venezuela. El presidente Trump ha autorizado en secreto a la CIA a llevar a cabo operaciones encubiertas en el país sudamericano, una decisión que revive el fantasma de intervenciones pasadas en América Latina. Esta medida se suma a un despliegue naval inédito en el mar Caribe y al emplazamiento de cazas F-35 de última generación en Puerto Rico, elementos que conforman una clara demostración de fuerza.

Washington argumenta que estas operaciones, que han incluido ataques a lanchas cerca de la costa venezolana resultando en la muerte de 27 personas, buscan la interdicción del narcotráfico. Se acusa al “Cártel de los Soles”, supuestamente liderado por Nicolás Maduro, de inundar Estados Unidos con drogas. Además, Trump ha responsabilizado a Venezuela de vaciar sus prisiones y enviar criminales a territorio estadounidense. Medios como The New York Times han reportado que la autorización secreta permitiría a la CIA realizar acciones letales e incluso considerar ataques terrestres, lo cual ha sido confirmado por el propio presidente.

La peculiaridad de que un presidente de Estados Unidos confirme públicamente una operación encubierta ha llamado la atención de expertos como Andrés Gómez de la Torre, especialista en temas de defensa, quien señala que esto no es habitual. Esta situación evoca los métodos clásicos de la Guerra Fría, donde la agencia operaba con amplio margen de acción en el hemisferio mediante infiltración, agitación, propaganda, sabotaje y, en ocasiones, eliminación física de objetivos. El analista sugiere que la política de “mano dura” hacia América Latina estaría siendo liderada por Marco Rubio, secretario de Estado y asesor de seguridad nacional, respaldada por la orientación más agresiva del director de la CIA, John Ratcliffe.

En respuesta, el embajador venezolano ante la ONU, Samuel Moncada, ha entregado una carta denunciando “ejecuciones extrajudiciales” por parte de las fuerzas estadounidenses en el Caribe, calificando los ataques como un “acto de barbarie” que pone en riesgo la paz regional.

Las Propuestas Venezolanas y la Postura de Washington

En este contexto de escalada, han trascendido detalles sobre dos propuestas que la vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez, habría presentado a Estados Unidos para un gobierno de transición sin Nicolás Maduro. Según el Miami Herald, estas ofertas, discutidas junto a su hermano Jorge Rodríguez y otros funcionarios, buscaban preservar la estabilidad del país. La primera, en abril, incluía la renuncia de Maduro y su permanencia segura en Venezuela; la segunda, en septiembre, planteaba que Delcy Rodríguez asumiera un gobierno provisional mientras Maduro se exiliaba en Turquía o Catar.

Sin embargo, la Casa Blanca habría rechazado estas propuestas, calificando la opción como “El ‘Cártel Ligero’ no era una opción viable“, al considerar que buscaban mantener intactas las estructuras del régimen. La propia Delcy Rodríguez negó el informe horas después, denunciando una “campaña de guerra psicológica” contra Venezuela.

Una Mirada Contable y Empresarial a la Geopolítica

Desde una perspectiva contable y empresarial, la intensificación de las tensiones geopolíticas en Ucrania y Venezuela representa más que titulares: implica costos significativos y riesgos calculables. El potencial envío de misiles Tomahawk a Ucrania, por ejemplo, podría impulsar márgenes en la industria de defensa, pero también incrementa el riesgo de una escalada que afecte los precios de las materias primas, como el petróleo y los cereales, con impacto directo en cadenas de suministro y costos operativos globales.

La fuerte presencia militar en el Caribe y las operaciones encubiertas en Venezuela conllevan gastos considerables en logística, personal y tecnología. Aunque estas inversiones se justifican por la seguridad nacional y la lucha contra el narcotráfico, su impacto en la liquidez gubernamental y la estabilidad fiscal es innegable. La prolongación de sanciones y la inestabilidad política en la región pueden desalentar la inversión extranjera, afectando el flujo de capital y la recuperación económica. Para las empresas con operaciones o intereses en estas zonas, la incertidumbre se traduce en mayores primas de seguro, dificultades logísticas y la necesidad de ajustar proyecciones de rentabilidad, obligándolas a evaluar escenarios de riesgo con mayor detalle y a buscar estrategias de diversificación de activos y mercados. La geopolítica, en estas situaciones, se convierte en una variable fundamental en cualquier análisis de viabilidad financiera.

El 17 de octubre de 2025 se cierra como una jornada de alta complejidad para la política exterior de Estados Unidos, con decisiones y acciones que seguirán moldeando el panorama global en las próximas semanas y meses.

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