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Gaza y el Futuro de Israel: Un Alto el Fuego Frágil y las Negociaciones Clave para el 13 de octubre de 2025
13 de octubre de 2025. Tras la liberación de los últimos rehenes israelíes por parte de Hamás, la Franja de Gaza se encuentra en un punto de inflexión delicado. El acuerdo de alto el fuego, impulsado por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha iniciado una nueva fase que busca transformar la región, aunque el camino hacia una paz duradera está lleno de incertidumbres y desafíos económicos y políticos.
El pacto, que ya ha puesto fin a más de dos años de conflicto, promete la entrada de ayuda humanitaria y el regreso de miles de desplazados, marcando un respiro en la vida cotidiana de millones. Sin embargo, las fases más complejas, que incluyen el desarme de Hamás y la reconstrucción de Gaza, apenas comienzan a negociarse en un escenario de profunda desconfianza.
El Intercambio de Rehenes y Prisioneros: Un Primer Paso Crucial
La primera etapa del plan de paz se ha cumplido: Hamás liberó a los 20 rehenes israelíes que permanecían con vida, completando así la entrega de todos los cautivos capturados el 7 de octubre de 2023. Además, el grupo está en proceso de entregar los restos de otras 28 personas. Este acto significó que Hamás se desprendió de su “activo” más valioso, el cual había utilizado como principal moneda de cambio desde el inicio del conflicto.
A cambio, Israel excarceló a 1.968 prisioneros palestinos. De ellos, 1.718 habían sido detenidos durante la guerra sin cargos específicos relacionados con los ataques del 7 de octubre, mientras que 250 cumplían cadenas perpetuas por delitos de terrorismo. Estos últimos fueron distribuidos: ocho a Gaza, 154 deportados a Egipto y 88 enviados a Cisjordania y Jerusalén.
Este intercambio, acompañado de un cese al fuego y una retirada parcial de las tropas israelíes a la “zona amarilla” (donde Israel aún mantiene el 56% del control territorial), generó un alivio palpable. Sin embargo, el ministro israelí Israel Katz calificó la entrega parcial de restos como una “violación flagrante” de los acuerdos, subrayando la fragilidad del pacto.
La Hoja de Ruta de Trump: Desarme y Gobernanza en el Horizonte
El presidente Donald Trump, tras firmar el acuerdo de alto el fuego en la cumbre de paz de Sharm el-Sheij (Egipto), ha declarado que “por fin tenemos paz en Oriente Medio” y anunció el inicio de las negociaciones para la segunda fase. Estados Unidos, junto a Egipto, Catar y Turquía, actúan como garantes de este ambicioso plan de 20 puntos.
Las fases subsiguientes son las más espinosas, según el embajador de Perú en Israel, Javier Sánchez Checa. Implican el desarme de Hamás y su salida del gobierno de Gaza, que ha controlado desde 2007. El plan propone una amnistía para los miembros de Hamás que entreguen sus armas y se comprometan a la coexistencia pacífica, ofreciendo salvoconductos para quienes deseen abandonar la Franja. También contempla la destrucción de la infraestructura militar ofensiva, incluidos los túneles.
Gaza sería administrada por un gobierno temporal de transición, compuesto por tecnócratas palestinos, supervisado por organismos internacionales y sin la participación directa de Hamás. Este enfoque busca priorizar la prestación de servicios cotidianos a la población, un aspecto vital para la estabilidad y el desarrollo.
La Realidad en Gaza: Hamás Aún Presente y el Costo de la No Paz
A pesar de los acuerdos, los miembros de Hamás continúan mostrándose armados en las calles de Gaza, aunque ejerciendo funciones de policía local y sin sus distintivos habituales. Esta presencia, avalada temporalmente por Estados Unidos para “vigilar que no haya grandes problemas”, refleja la resistencia del grupo a ceder el control.
Analistas como Carlos Novoa señalan que Hamás se encuentra militar y políticamente debilitado, su fuerza real se ha reducido drásticamente de 30.000 a entre 2.000 y 3.000 hombres. No obstante, conserva una capacidad notable para reclutar nuevos militantes entre una juventud que ha crecido en un estado constante de violencia. Además, el descontento interno contra Hamás en Gaza crece, con enfrentamientos entre sus miembros y clanes locales acusados de colaborar con Israel.
Una Breve Mirada Contable y Empresarial
Desde una perspectiva contable y empresarial, el conflicto en Israel y Gaza ha representado un costo inmenso y una inversión fallida en seguridad. Las cifras de víctimas palestinas, que superan los 67.000 muertos y 170.000 heridos en poco más de dos años, evidencian no solo una tragedia humana, sino también una devastación de capital humano y productivo. La reconstrucción de las zonas bombardeadas demandará una “liquidez” y un “margen” de inversión internacional extraordinarios, transformando la ayuda humanitaria en un factor económico crucial.
Para Hamás, la liberación de los rehenes significó la pérdida de su “activo más valioso”, mermando su “margen” de negociación. El “incentivo para desarmarse” y participar en un gobierno de transición reside en la posibilidad de legitimar su supervivencia y evitar el costo de una aniquilación militar total. Para Israel, el “incentivo” es la estabilidad regional y la oportunidad de reorientar recursos de defensa hacia el desarrollo económico, mejorando su liquidez y las perspectivas de inversión a largo plazo. La paz, en este contexto, no es solo un ideal humanitario, sino una inversión estratégica con un potencial retorno significativo para ambas partes y la comunidad internacional.
El Camino por Delante
La cumbre en Sharm el-Sheij buscó consolidar el alto el fuego y sentar las bases para la reconstrucción y un gobierno transitorio. Sin embargo, las interrupciones al discurso de Trump en la Knéset por parte de diputados israelíes como Ayman Odeh y Ofer Cassif, quienes exigieron el reconocimiento de Palestina y criticaron el plan como una “normalización de la ocupación”, demuestran la polarización y la dificultad de lograr un consenso interno.
El futuro de Gaza y la seguridad de Israel dependerán de la voluntad de las partes para cumplir los compromisos. Las próximas fases del plan de Donald Trump no solo serán las más complicadas, sino que definirán si el 13 de octubre de 2025 marca el verdadero inicio de una era de paz o si se trata de una tregua temporal en un conflicto de décadas. La atención internacional permanece enfocada en el desarme de Hamás y la capacidad de establecer un gobierno que realmente sirva a los intereses cotidianos de la población palestina.